jueves, 31 de enero de 2019

Cambio de mentalidad.

Mi mente, ha crecido. Se dejo de limitar. 

¿Cómo? 

Pues, ¡Simple! 

Empecé a creerme, a quererme, a ser yo quien me daba los pequeños empujoncitos para seguir caminando. 

A medida que iba avanzando, mi mentalidad se iba forjando a ser más positiva. Ver cada obstáculo como una prueba del universo para mejorar mis habilidades. 


Cada piedra en el camino fue un sticker coleccionable que tendré de anécdota camino al éxito. Soy yo, la mente positiva que fui creando. Producto de mi aprendizaje. 


La mente, originada, quizás, en la glándula pineal ha sido impulsada a desarrollarse hacia la divinidad. No la divinidad de los Dioses, sino la que el universo me ha ofrecido a causa de mi bienestar conmigo misma. 


Cada oportunidad nace en las peores de las circunstancias, hay que saber estar atento y dispuesto a enfrentar el cambio. Las oportunidades son la ave fénix del más allá. Una oportunidad es saber enfrentar a las crisis, pero sabiendo que la más difícil es la crisis personal. 


Esta entrada, es personal, es mía. Es de mi interior. Es contar la experiencia desde el más oscuro de los avernos. Esta entrada, es producto de la perseverancia, es enfrentar mis temores. Un resumen, en realidad. Una vida encaminada al fracaso desde sus inicios, pero con la fortaleza de saber enfrentar las malas rachas del camino. 


Una mente que se deja adoctrinar por el sistema seguirá siendo pobre, quedará apagada en los males de una sociedad que quiere verte derrotado, de almas egoístas que no le interesan tus valores. Si eres de los que se despiertan y sienten esa impotencia y quieres cambiar el mundo, reconociendo que debes empezar por ti, pues, te felicito. ¡Serás mente Rica! 

Les dije que esta entrada, sería más personal. Y debo admitir que hubo una vez, ya tiempo lejano que toqué fondo, el barro era techo celestial que me acariciaba. Fue en ese momento, de angustia y muerte, de estar observando a mi alma en pena, que me afronté. 


Reconocí que el problema era dejarme vencer. El problema, más allá del problema general, era que me estaba pudriendo. Me estaba muriendo. Y ese momento, fue el mejor momento que presencié en mi vida, y no se debe al sadomasoquismo que persiste en cada individuo irónicamente cuerdo. Sino que fue el momento en el cual me reconocí y jamás paré. 


Comencé nuevamente a caminar, con una mente más fuerte, sin temores, mas que los habituales. Resucité, me perdoné a mi misma y tuve que darme cuenta de los malos hábitos que tenemos como mente pobre. Y vale aclarar, mente pobre no nos referimos a una cuestión económica, sino a calidad de persona con los demás y consigo mismo. 


Recorrí un sendero de plenitud y con metas que sabía que el universo me ayudaría a conseguirlas. Si me había permitido renacer, sabía que la recompensa sería algo fantástico. 

¡Y si que lo fue! 


Más allá que el propósito en mi vida viene en su auge, con proyectos y libros por terminar. Hace unos días, aparecieron en mi vida, personas que me han llenado el alma. Me besaron la esperanza que por un momento, creí que se había extinguido. Seres que los había necesitado, que llenaron mi vacío, ese vacío que se torna existencial. Y eso, se debe a que uno nunca se da por vencido, ni en los momentos más lúgubres. Uno mantiene su firmeza, su mentalidad positiva.


Así, que, a ti, que estás atravesando momentos en donde no te sientas en plenitud, por favor, no te rindas.  Debes saber que debes  siempre esperar lo mejor pero estar preparado para lo peor. 

Incluso con la espalda destruida, y el pasado atormentado, por favor, sigue. Jamás desistas. Porque eres el único que tiene las riendas en su vida.


El universo retribuye, recuerda, Tú eres el centro de tu universo. Eres la luz que acaricia tus días y la serenidad que apacigua tu por venir. Debes reconocer que para lograr el éxito que quieres debes de hacer sacrificios, pequeños o grandes, dependiendo de lo que buscas. 

Tú, si, tú, eres responsable de tus logros y de tus fracasos, debes dar el paso y enfrentarte a ti mismo. Dejar de temer y salir del sistema que te adoctrino para lograr vivir de él. Aprovechar tus conocimientos y ampliarlos, ser una persona con capacidad financiera y emocionalmente, que tanto no cuesta.

¡Se mente rica! una mente dispuesta al cambio, dispuesta a ganártela. Dispuesta a los buenos hábitos. 

Cree en ti. ¡Siempre!

Gracias al universo y a mis buenos deseos, hoy puedo decir que mi historia está completa. 


Esta entrada, va con un homenaje deseoso a mi alma progenitora, a quien sin darse cuenta me dio coraje para enfrentar mi vida y conocer los demonios que viven dentro de uno, pero también para disfrutar de sus ángeles. 

Gracias, Hector Ariel Montalván.  


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