En un momento de la vida, uno mira hacia los costados, realmente ya no le interesa lo que hay adelante, sino lo que está perdiendo por no girar la cabeza.
A veces, nos centramos en donde habita el olvido, que pasamos desapercibido en donde estamos pisando. Olvidamos nuestros deseos, nuestros antojos, nuestras metas.
Si tan solo, invirtiéramos un poco de nuestro tiempo en ejecutar nuestras ideas, seríamos mucho más felices.
Hubo una vez, una mujer, que se olvidó de sus sueños, se dejó guiar por la muerte, y de su camino se desvió. Pero nunca fue tarde,siempre pudo guiar a sus pasos nuevamente para reencontrarse con sus metas.
Cometer errores, a veces es, a veces es necesario. Sin equivocaciones, no entenderíamos sobre el bien y el mal. No podemos confiarnos simplemente en ideas moralistas que nos indican por ahí, algunas señales del camino.
A veces, a veces, tan solo pensar en las cosas que están bien y que están mal, me produce nauseas. A veces...
Aún con el tiempo inestable, uno debe estar seguro que sus sueños son fiables. A veces, como se relataba, la nostalgia nos permite reencontrarnos con nuestras metas.
Tener una mente fuerte, es creer en uno, es pensar como rico. Ser rico en cuerpo y alma. Pero, a veces, nos destellan falsas imágenes.
A veces...
Tantas veces, abandonamos los desafíos, por miedo al fracaso. Temerarios del éxito, quedamos perdidos en el olvido.
A veces, no seas como esa mujer.
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Para lograr el éxito personal : Mente Pobre
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